El sueño utópico de Musk se hace añicos: un juego de poder entre gigantes comerciales y el poder político
En el cambiante panorama político de Estados Unidos, Elon Musk y Donald Trump, una vez aliados, han llegado a un punto de separación. Este juego no solo refleja las enormes diferencias en sus ideas políticas, sino que también destaca la compleja relación de interacción entre los gigantes empresariales y el poder político.
El gobierno de Trump fue bastante amigable con Musk en sus inicios. En el tema de la reforma agraria en Sudáfrica, el gobierno de Estados Unidos presionó, lo que llevó a la paralización del proceso de reforma, incluso rechazando participar en la reunión del G20 en Sudáfrica bajo el argumento de "genocidio". Esta acción provocó una conmoción a nivel mundial y se consideró como la primera inversión de los roles de blanco y negro. Sin embargo, es muy probable que estas acciones de Trump no se debieran a una verdadera preocupación por el destino de los blancos sudafricanos, sino a una retribución hacia un aliado político.
El núcleo de la divergencia radica en la "Ley de Grandes y Bellos Proyectos". Musk cree que esta ley no solo exacerbará la brecha entre ricos y pobres, sino que lo más importante es que viola gravemente la disciplina fiscal. Aunque la ley se llama "Grande y Bella", en realidad es una réplica de la política de estímulo económico de la era Reagan. Sin embargo, la estructura económica de Estados Unidos ha cambiado fundamentalmente, y continuar con recortes de impuestos y medidas de estímulo solo llevará a un aumento desenfrenado de la deuda pública, a un auge en el mercado de valores y a la inflación del dólar.
Como un empresario exitoso, Musk comprende la complejidad del desarrollo económico. Le preocupa que el "Proyecto de Gran Belleza" haga que Estados Unidos aumente su deuda pública en al menos 3 billones de dólares, lo cual va en contra de su idea de reducir el gasto gubernamental y podría incluso llevar a Estados Unidos a una grave crisis de deuda.
La decisión de Trump sobre la relajación de la regulación de las criptomonedas es más una respuesta directa a los grupos de presión que una estrategia económica bien meditada. Este evidente intercambio político ha generado descontento en Musk.
Elon Musk tiene muy presente la pérdida de estatus de los blancos en Sudáfrica, por lo que no puede permanecer en silencio ante una situación similar que podría enfrentar Estados Unidos. Hace todo lo posible por detener la aprobación de la "Gran Ley de Belleza", incluso llegando a "salir del gobierno de Estados Unidos" para regresar al sector empresarial. Esta acción provocó una fuerte reacción de Trump, quien amenazó con deportar a Musk de regreso a Sudáfrica.
Sin embargo, como empresario, Musk finalmente optó por comprometerse. A pesar de que verbalmente expresó su intención de formar un nuevo partido político, en realidad ha comenzado a bajar su perfil y a reenfocarse en sus negocios centrales como la inteligencia artificial, la industria aeroespacial y los automóviles. En el contexto del capitalismo, Musk parece haber reconocido los riesgos del juego político y ha elegido volver a su esencia comercial.
El ideal de Musk podría ser volar hacia Marte y la Luna, estableciendo una sociedad utópica. Pero la realidad nos dice que la ideología humana y los conflictos políticos están en todas partes, incluso escapar de la Tierra no puede librarnos de ellos. En comparación, algunos élites políticos y empresariales eligen ampliar silenciosamente su influencia y riqueza en la sombra.
En este juego de poder, Musk parece estar en desventaja. Trump no tiene que rendir cuentas a Musk, ya que siempre hay otros empresarios que desean obtener apoyo político. Y para Musk, una vez que pierda el flujo de efectivo, sus sueños y su influencia se verán gravemente afectados.
El ideal de Musk ha fracasado, pero su historia continúa. Este empresario, que fue testigo de la caída del dominio blanco en Sudáfrica, ahora experimenta un gran cambio en el panorama político y económico de Estados Unidos. Si la humanidad puede superar la actual situación y alcanzar metas más grandes sigue siendo una cuestión sin resolver.
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RetiredMiner
· 08-03 21:27
Entendí que solo se puede sobrevivir apuñalándose mutuamente.
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GamefiEscapeArtist
· 08-03 21:25
Esta partida de Ma Die está condenada.
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Ser_This_Is_A_Casino
· 08-03 21:16
Lirios blancos, uno tras otro, se apuñalan mutuamente por los lados.
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0xDreamChaser
· 08-03 21:02
¿El payaso bajo el capital también quiere hacer política?
Musk se retira de la política: la lucha entre gigantes empresariales y el poder político
El sueño utópico de Musk se hace añicos: un juego de poder entre gigantes comerciales y el poder político
En el cambiante panorama político de Estados Unidos, Elon Musk y Donald Trump, una vez aliados, han llegado a un punto de separación. Este juego no solo refleja las enormes diferencias en sus ideas políticas, sino que también destaca la compleja relación de interacción entre los gigantes empresariales y el poder político.
El gobierno de Trump fue bastante amigable con Musk en sus inicios. En el tema de la reforma agraria en Sudáfrica, el gobierno de Estados Unidos presionó, lo que llevó a la paralización del proceso de reforma, incluso rechazando participar en la reunión del G20 en Sudáfrica bajo el argumento de "genocidio". Esta acción provocó una conmoción a nivel mundial y se consideró como la primera inversión de los roles de blanco y negro. Sin embargo, es muy probable que estas acciones de Trump no se debieran a una verdadera preocupación por el destino de los blancos sudafricanos, sino a una retribución hacia un aliado político.
El núcleo de la divergencia radica en la "Ley de Grandes y Bellos Proyectos". Musk cree que esta ley no solo exacerbará la brecha entre ricos y pobres, sino que lo más importante es que viola gravemente la disciplina fiscal. Aunque la ley se llama "Grande y Bella", en realidad es una réplica de la política de estímulo económico de la era Reagan. Sin embargo, la estructura económica de Estados Unidos ha cambiado fundamentalmente, y continuar con recortes de impuestos y medidas de estímulo solo llevará a un aumento desenfrenado de la deuda pública, a un auge en el mercado de valores y a la inflación del dólar.
Como un empresario exitoso, Musk comprende la complejidad del desarrollo económico. Le preocupa que el "Proyecto de Gran Belleza" haga que Estados Unidos aumente su deuda pública en al menos 3 billones de dólares, lo cual va en contra de su idea de reducir el gasto gubernamental y podría incluso llevar a Estados Unidos a una grave crisis de deuda.
La decisión de Trump sobre la relajación de la regulación de las criptomonedas es más una respuesta directa a los grupos de presión que una estrategia económica bien meditada. Este evidente intercambio político ha generado descontento en Musk.
Elon Musk tiene muy presente la pérdida de estatus de los blancos en Sudáfrica, por lo que no puede permanecer en silencio ante una situación similar que podría enfrentar Estados Unidos. Hace todo lo posible por detener la aprobación de la "Gran Ley de Belleza", incluso llegando a "salir del gobierno de Estados Unidos" para regresar al sector empresarial. Esta acción provocó una fuerte reacción de Trump, quien amenazó con deportar a Musk de regreso a Sudáfrica.
Sin embargo, como empresario, Musk finalmente optó por comprometerse. A pesar de que verbalmente expresó su intención de formar un nuevo partido político, en realidad ha comenzado a bajar su perfil y a reenfocarse en sus negocios centrales como la inteligencia artificial, la industria aeroespacial y los automóviles. En el contexto del capitalismo, Musk parece haber reconocido los riesgos del juego político y ha elegido volver a su esencia comercial.
El ideal de Musk podría ser volar hacia Marte y la Luna, estableciendo una sociedad utópica. Pero la realidad nos dice que la ideología humana y los conflictos políticos están en todas partes, incluso escapar de la Tierra no puede librarnos de ellos. En comparación, algunos élites políticos y empresariales eligen ampliar silenciosamente su influencia y riqueza en la sombra.
En este juego de poder, Musk parece estar en desventaja. Trump no tiene que rendir cuentas a Musk, ya que siempre hay otros empresarios que desean obtener apoyo político. Y para Musk, una vez que pierda el flujo de efectivo, sus sueños y su influencia se verán gravemente afectados.
El ideal de Musk ha fracasado, pero su historia continúa. Este empresario, que fue testigo de la caída del dominio blanco en Sudáfrica, ahora experimenta un gran cambio en el panorama político y económico de Estados Unidos. Si la humanidad puede superar la actual situación y alcanzar metas más grandes sigue siendo una cuestión sin resolver.